domingo, 2 de diciembre de 2012

"Lo he perdido todo"

Hace unos días tuve un encuentro extraordinario. El acontecimiento causante de que empiece hoy este nuevo blog. Esta historia es real y se la dedico a Adama su protagonista que no ha dejado de estar en mi mente desde que la conocí.

Esa mañana me sentía mal. A las 12 del mediodía caminaba hacía un centro comercial con la idea de comprarme “algo” con lo que pudiera grabar todo aquello que venía conmoviéndome en los últimos meses. Quería grabar todo eso que creaba asombro e indignación a mi alrededor como ya hiciera en Perú, pero mi mente estaba en contradicción.  Comprar  un nuevo objeto con el que gastar el tiempo, ¿para qué?

"Oye, perdona ...  espera por favor, no te vayas... espera"

Una mujer africana de mediana edad se había parado en mi camino interrupiéndo de pronto mi discurso interno. Me miraba fijamente mientras buscaba las palabras exactas que quería pronunciar. Esperé pues me parecía que lo que intentaba contar era importante, y después de unos segundos dudando consiguió hablar: " un momento…¿me puedes decir dónde está el colegio para aprender?"

 Me quedé muy desconcertada porque el lugar en el que nos encontrábamos estaba lejos de cualquier colegio y además era sábado.

“perdona, ¿qué colegio?”

 Ella, una mujer de 40 años, bien vestida, pelo corto, me miraba buscando una respuesta a algo que yo no lograba entender."¿vives aquí cerca?" le pregunté. "no lo sé... lo he olvidado" me dijo.  Me dí cuenta de que estaba desorientada y perdida, en medio de un lugar que no reconocía. No había nadie más caminando por allí. A nuestra derecha un descampado, a nuestra izquierda pisos residenciales. En medio nosotras, encontrándonos.

No sabes dónde estás, ¿vives en este barrio?…”

No era capaz de darme una respuesta con sentido. Me angustié.Debe ser horrible la sensaciónde no saber dónde estás pero a ella le dije que no se preocupara y que me dejara su teléfono para intentar llamar a alguien de su familia.  Y mientras lo encendía, recordé que muy cerca de allí se encontraba el albergue del Pinar de San José, que da cobijo a personas sin hogar...

"¿Estás buscando el albergue del pinar de San José? ¿quieres ir allí?
"no,no allí sólo duermo. Sólo estoy por las noches"

 Había algo extraño en su discurso, era un sábado muy frío por la mañana y de pronto me pareció que yo había llegado hasta allí ese día con mi angustia sólo para encontrarme con ella.

"¿Cómo has llegado hasta aquí?"
" He cogido el autobús  pero no sé dónde estoy. Estoy muy cansada, yo solo...necesito descansar. "  

Tenía dificultades para expresarse en castellano asi que la pregunté:"est ce-que  tu parles français?"
Sí, lo hablaba, se llamaba Adama y era de Senegal. Y de pronto aquello que bloqueba su mente se soltó y empezó a responder a mis preguntas en su lengua.

"Soy de Dakar.En mi país era enfermera.Viene hace cuatro años a trabajar a España. He estado cuidando ancianos, estuve un años haciendo eso, hasta que el anciano a quien cuidaba murió...y después ya no encontré nada, no sé que ha ocurrido en mi vida para llegar a estar situación"

Y dió igual las veces que hubiera escuchado una historia parecida. Cuando Adama  se calló, no supe que decir, porque todo me resultaba banal: la sociedad que permitía algo así, lo material y lo inmaterial, las preocupaciones de ayer y las de hoy, todo me parecía absurdo,  como si por un momento el lugar del mundo en el que me encontraba me hubiera desplazado de golpe hasta hacerme perder el equilibrio y ya no supiera bien dónde estaba, porque en realidad daba igual.

"Yo... no sé como he llegado a esta situación, ce ne pas posible, ce ne pas posible... J'ai tout perdu".

"Lo he perdido todo" lo repetía una y otra vez, y una sucesión de imágenes atravesaban mi cabeza a la vez que me agarraba el corazón un fuerte sentimiento de injusticia, pues en aquel momento en que la vida nos juntaba a las dos, yo no podía devolverle a esa mujer nada de lo que había perdido.

 "Tengo dos hijos mayores que viven en París. Mi familia está separada... Yo sólo quiero un trabajo y una casa...no quiero nada más... quiero volver a reunir a mi familia. ça me rendre folle. No entiendo...como he llegado a esta situación, es una locura"

Ahora su discurso era perfecto y coherente y ya no quedaba ni rastro del aturdimiento en el que la había encontrado. "yo sólo quiero un trabajo y una casa" ¿cúantas veces había oído eso en los últimos meses? ¿y cúantas veces me lo había repetido a mi misma en este tiempo?
Hacía frío, allí paradas con nuestros abrigos  temblábamos las dos asi que le dije que si quería podíamos coger el autobús que la llevaba muy cerca del albergue, o si prefería podíamos caminar tranquilamente hasta allí. Su cara se iluminó y me dijo "prefiero andar" La cogí del brazo y muy pegaditas las dos avanzamos en nuestro camino.

 "He pedido la repatriación y me han dicho que en marzo quizás. Aquí no tengo amigos, mis compatriotas me han abandonado. No conozco a nadie. Yo sólo quiero un trabajo...en Senegal pagan muy poco, no se puede vivir con eso...No entiendo cómo he podido llega a esto... No tengo casa, aunque nunca he tenido que dormir en la calle afortundamente…"

Mi mente se dividió. Una parte estaba allí con ella pero la otra...la otra retrocedió en el tiempo y se fue a Senegal.  Y la vi en Dakar hace 20 años criando a sus hijos, con la ilusión de tenerlos en brazos, quizás sólo tenía eso, pero ya era mucho más de lo que tenía ahora. Me la imaginé bailando con sus amigos, casándose, trabajando, dando un abrazo a su madre. Me la imaginé joven, como ahora soy yo, con sueños e ilusiones, vi sus esperanzas de venir a Europa, de querer mejorar su vida, y me pregunté qué es lo que había pasado en los últimos cuatro años para que en ese momento estuviera a cientos de kilómetros de su cálido país, lejos de todo lo que le era  familiar, y sin una persona que la acompañara a su habitación. Me pregunté que había hecho esa mujer de erróneo  para no tener una cama para descansar cuando lo necesitaba. Porque nos abanadonábamos así los unos a los otros.

Seguimos hablando de cualquier cosa, de la falta de medias en sus pies, de lo que había desayunado aquella mañana y de lo dicífil que estaban las cosas en España. Yo colgada de su brazo... todo me parecía tan normal que imaginé que en otra vida quizás habíamos sido amigas.

 "No puedo trabajar. No sé que me pasa, a veces mi cabeza no está bien, no comprendo que le ocurre, hace eso..." 
"¿quieres decir que se te olvidan la cosas, como antes...?"
"sí..."
Su mente se volvió a parar. "¡Mira los niños!que bonitos!"  estaba extasiada"¿te gustan los niños?" "siiii" su mirada se había vuelto a perder y sentí que nos separábamos "Estamos cerca del albergue", le dije "¿sabes llegar desde aquí?" me miró  y me dijo. "Sí, sí, muchas gracias. Gracias"

Parecía contenta, era probable que en ese momento siguiera sin saber dónde estaba, pero su ánimo parecía en calma. Le di un fuerte abrazo y dos besos “ánimo” le dije aunque cuando lo hice sentí que me dirigía  más  a mí que a ella.

Retomé mi camino, con la imagen de Adama acompañándome. No miré atrás, pero fantaseé con que justo en ese punto dónde yo la había dejado, llegaba otra persona a recogerla y la ayudaba a entrar en el albergue. ¿No debería ser así? La exclusión empieza a producirse cuando ya no hay nadie esperándonos en el mismo lugar dónde la última persona nos despidió.

Y  yo ya no estaba triste ni confundida, tampoco contenta, más bien tranquila, en el centro de dónde debía estar "¿Era aquello autocomplacencia?" me dije, no, sólo que lo que yo necesitaba aquella mañana no era una cámara nueva, era compañía, y la encontré en aquella mujer durante unos minutos.

Pensé en que más hubiera podido yo ofrecerle como ser humano a Adama, y acepté por primera vez de una manera como no lo había hecho nunca antes, que  no podía ayudar a todas las personas que se cruzaban en mi camino, pues no dispongo ni de la capacidad ni de los recursos, ni de la energía necesaria para ello. Tan claro era esto para mí como el hecho de que, sin embargo, lo que sí podía hacer era escribir sobre ellas, darles voz y  hacerlas visibles.

Porque todos merecemos estar presente en la memoria de otras personas sea cual sea nuestra circunstancia...
                                                               Palabras para Adama...

La única pregunta que ese mañana no pude responder fue:
Siete mil millones de seres humanos en el mundo, ¿Y cuántos de ellos sintiéndose solos?

 De personas deshauciadas escribí más AQUÍ 

* Todos los artículos de este blog, recogen mis experiencias personales y mi manera de interpretar aquello que vivo, la cual no tiene porque coincidir con la del resto de personas que me lean. No pretendo ofender a nadie, esto es sólo el reflejo, de una forma de sentir.

19 comentarios:

  1. Una presentación que te abre las carnes. Este blog promete ser tan valiente como tú. Haré lo posible porque tú nunca te sientas sola.
    Un beso.

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  2. lo flipo nena...gracias por compartir estas historias

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  3. María, gracias por esta historia. A veces siento que me falta algo, y es esto, reflexiones que me recuerden lo afortunada que soy, no sólo por tener lo que tengo, sino por estar cerca de personas tan sensibles y bondadosas. Un beso!

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  4. Cosas que me merecen la pena: las personas. Enhorabuena! Sigue adelante con este camino!

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  5. Yo lo pienso constantemente. El mundo se ha vuelto muy egoista y no nos paramos ni siquiera a escucharnos. Me gustaría que la gente aprendiera lo que es realmente importante en la vida y diera valor a lo que es verdaderamente esencial. Quizás el mundo sería mejor si reflexionaramos más sobre historias como la que nos has contado y nos seguirás contando.
    Un abrazo

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  6. Muchas gracias por esta historia y por todas las venideras. Te sigo.
    Un abrazo!

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  7. Vengo desde la casita de Raquel...Gracias por compartir, me ha emocionado leerte...
    Un beso.

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  8. Ya entiendo por qué Raquel y tú sois amigas.
    Aquí me quedo siguiéndote.

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  9. Es una tristeza ser testigos de casos sangrantes y no poder hacer absolutamente nada. Siempre hay un muro delante: la sociedad, el estado, la burocracia... Me gusta mucho cómo te expresas.

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  10. Conmovida, me presento, y te comunico que te seguiré a partir de ahora.

    ¿Conoces la Iniciativa "Mírame, diferénciate"?. Tu escrito es un claro ejemplo de ese maravilloso movimiento. Y es que no sólo puedes (podemos) darles (¿o darnos?) voz como estás haciendo tú ahora con este blog. También podemos sonreirles, empatizar con ellos (cómo se nos ha olvidado hacer esto), acompañarles hasta la esquina... y, cuando seamos muchos... muchos... podremos sentirnos algo más tranquilos, porque en esa misma esquina estará otro de nosotros esperándoles. Y tú ya estás en ello, y eres todo un ejemplo. Enhorabuena.

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  11. Desgraciadamente hoy en día estas historias que antes nos eran tan distantes, las tenemos delante de nosotros cada día. Vengo del blog de Raquel y me tendras muchos días aqui. Suerte en tu nuevo camino.

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  12. Adama, esa dama, esa hada (que apareció en tu camino) ama, ama (a sus hijos) y amanece (sola), y mece su frente (y sus pensamientos se van y vienen), y sus ojos (y su voz) aman al ver a esa otra dama, y tú eres esa otra dama que ama a Adama. Y esa otra dama (R., la del tobogán amarillo oxidado, que te ama y se hace amar) que ha hecho que Adama (y tú) amanezca en nuestras vidas también es una hada.

    Y como (ella, Adama, no come) Paco dice "a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor" y los demás estamos en el camino, con los ojos abiertos y los oidos abiertos y las manos abierta y nos acordaremos de lo que un día (y muchos, hoy y muchos más días) tu escribas...

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  13. Tú estabas allí, porque esa mujer te estaba esperando y, aqui estabamos esperandote nosotras...

    He llegado aqui gracias a Una terapeuta temprana y, aquí me quedo.

    Un abrazo

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  14. Muchas gracias por vuestros comentarios y sensibilidad, me animais a seguir con esta idea. A veces siento que lo único que puedo hacer es escribir sobre aquello que no puedo cambiar...y estoy contenta de poder hacerlo y quiero seguir haciéndolo ;)

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  15. La humanidad está deshumanizada, encerrada en un sistema excluyente, pero que puedo hacer yo contra ese gigante y me uno a ti, porque ese inicio de dar voz a mil historias es fundamental, crear conciencia y tratar de ponernos en la piel para pasar a actuar.

    Besos, seguiré tus historias.

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  16. Lo importante de todo esto es que somos muchas las personas dispuestas a ayudar sin pedir nada a cambio, que lo hacemos anonimamente siempre que se nos necesita, como podemos, y eso es valor humano, ese es el valor que debemos transmitir a las siguientes generaciones. Lo importante de este blog es que animas a otras personas que tambien son solidarias, nos sentimos bien, aunque algunos nos llamen locos. Gracias por hacer este blog, si necesitas algo aquí me tienes.

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  17. Precioso, dale voz a esas personas es un proyecto fabuloso. Me ha emocionado. Gracias.
    Anonimuss.

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  18. Otra que viene de parte de tu muyamiga Raquel. Un placer leerte, sentirte.
    Gracias

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  19. "Quería grabar todo eso que creaba asombro e indignación a mi alrededor como ya hiciera en Perú" o en España también porque las cosas están muy mal por allá. Al menos cuando viajo por Asia o Europa no me la doy de Latinoamericano indignado por lo que veo. Interactúo con mi ambiente sin juzgar sobretodo cuando el país que estoy visitando me ofrece su hospitalidad. Con mucha más razón si me da de comer y refugio para encontrarme a mi mismo.

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